La Isla de la Juventud tiene beldades que la convierten en uno de los parajes más pintorescos de Cuba, tanto por las leyendas ligadas a corsarios y piratas, como por la riqueza de su flora, fauna y el patrimonio arqueológico, cultural e histórico que atesora.
Las bondades paisajísticas de los fondos subacuáticos del centro internacional de buceo en el Hotel Colony o del parque nacional marino de Punta Francés son ideales la actividad náutica.
Hábitat de la grulla, cuenta con la población más importante en la reserva ecológica de Los Indios, ecosistema que comparte con la cotorra.
El segundo jardín botánico de Cuba: Jungla de Jones, y los resultados reproductivos del criadero de cocodrilos, están entre sus atracciones.
El límite natural entre la porción Norte y Sur de la Isla es Lanier, declarado sitio Ramsar por ser un humedal de importancia internacional.
Descollante testimonio de la cultura precolombina, guarda las pictografías denominadas la Capilla Sixtina del Arte Rupestre.
Puede accedérsele a bordo de una aeronave (0.30 minutos) o catamarán (tres horas), 110 km distante del habanero poblado de Batabanó.
Destacan varios Monumentos Nacionales como El Abra, el Presidio Modelo, lugares de encarcelamiento para José Martí y los sobrevivientes del ataque al cuartel del Moncada, respectivamente.